El curso en el CUEC y el homenaje a Carlos Jurado
Por: Sergio Raúl López
Por: Sergio Raúl López
Si bien la invención de la fotografía se realizó mediante una cámara obscura y un papel sensibilizado que capturaba la luz y sus inicios se emparentan con la fotografía estenopeica, el caso del cinematógrafo es decididamente distinto. El aparato que permite fotografiar repetidamente una escena para dar la impresión de movimiento, bien sea el desarrollado en los laboratorios Edison o el realizado por los hermanos Lumiere, entre otros tantos, a finales del siglo XIX, siempre empleó ya los lentes perfeccionados durante medio siglo por el mundo fotográfico.
Así que al contrario de la fotografía, el cine estenopeico no representaba un salto atrás en el tiempo ni un retroceso al inicio de esta técnica, sino un salto hacia lo inexistente. Nunca hubo cine estenopeico, por lo tanto, mezclar el estenopo con un aparato para tomar fotogramas resultaba una experimentación novedosa, un invento moderno.
Y fue, por cierto, otra más de las aportaciones de esa caja de prodigios que fue el laboratorio de Carlos Jurado. Llevado por la curiosidad de experimentar las posibilidades de la cámara de cartón que le habían encargado de tarea a su hija, se convirtió, durante los años setenta, en una especie de eremita que desarrollaba en privado, en su departamento de la Ciudad de México, una trascendente experimentación visual con las cámaras estenopeicas.
Hasta que finalmente, en medio de esta fiebre creativa que le hizo construir variados prototipos de cámaras y de plataformas para capturar e imprimir la imagen –como la fécula de papa, la cianotipia o la goma bicromatada–, decidió construirse su propia cámara de cine, evidentemente, de cartón, de 30 por 30 centímetros, que hasta la fecha conserva.
El proceso era sencillo. Mediante un palillo iba recorriendo cada fotograma de la cinta de 16 mm mediante una ranura que coincidía con las muescas –sprockets– con que se recorre cada cuadro en el mecanismo de toda cámara cinematográfica. Así, recurriendo a la técnica cuadro por cuadro, Jurado consiguió filmar el primer cortometraje en técnica estenopeica de la historia. Nada menos.
El título con que bautizó a su trabajo lo dice todo: El cine antes del cine (¿1973?). En él mostraba tres escenas, el mercado callejero que se instala junto a los Edificios Condesa, donde reside, un pasaje de peatones y un streeptease nocturno.
La cinta se encuentra extraviada y no se tiene noticias de que exista alguna copia disponible. Pero el hecho fundacional fue ese: hace más de tres décadas, Jurado tuvo el genial presentimiento y desarrolló una técnica que hoy en día, con la profusión de cámaras digitales en alta definición para filmar, se convierte en una herramienta artesanal muy bella para quien desee realizar cine de manera alternativa o con medios visuales distintos.
Con este antecedente, tendrían que pasar casi veinte años para que una experiencia similar se desarrollara. El fotógrafo chihuahueño entonces radicado en Veracruz, Enrique Favela, experimentó su propio proceso en el 2001 al adaptar un estenopo y quitarle los lentes a una cámara mecánica de 16 mm y de marca Bolex para filmar Cucarachas, el segundo cortometraje realizado en cine estenopeico. El trabajo se presentó durante el segundo Encuentro Nacional de Cámara Estenopeica de Veracruz en el 2003. Favela repitió la experiencia en el 2003 al filmar el tríptico de cortometrajes A nivel del mar, por el que recibió una beca estatal de creadores.
Durante el tercer Encuentro, realizado en Veracruz, el cineasta Jorge Yáñez impartió un taller de cine estenopeico del que resultaron cinco cortometrajes más que prosiguen la experimentación de este proceso.
Esta experiencia acumulada permitió que una de las más importantes escuelas de cine del país, el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la UNAM, aceptara con interés que en sus instalaciones se ofreciera un Curso de Cine Estenopeico, mismo que fue impartido por Enrique Favela y Arturo Talavera entre el 22 y el 31 de octubre del 2007 en la escuela, como una opción más para integrar imágenes audiovisuales a las obras cinematográficas.
Las sesiones tuvieron el doble carácter teórico y práctico, por lo que además de conocer la historia y posibilidades técnicas relativas a esta forma de hacer imagen, los participantes formaron tres equipos, cada uno de los cuales realizó, como trabajo final, un cortometraje en este formato.
Al culminar el curso, los trabajos se estrenaron en el Museo Archivo de la Fotografía de la Ciudad de México como parte de las jornadas Luz Mecánica. Homenaje a Carlos Jurado, pionero del cine estenopeico en México realizadas el 16 y 17 de noviembre del 2007 en las instalaciones de la institución, en Guatemala 34 en el Centro Histórico, en el edificio conocido como Casa de las Ajaracas. Posteriormente, estos trabajos se han exhibido en Toluca, Guanajuato y Veracruz.
Además de la exhibición de los cortometrajes del curso del CUEC, las sesiones incluyeron otros trabajos fílmicos justamente para homenajear a Jurado, quien asistió con gusto a ambas sesiones. El viernes 16, a partir de las 17:00 horas, se exhibieron en el orden en que se mencionan, la cápsula ¿Pictografías? ¿Fotopicturas? Fronteras invisibles de dos antiguas artes (2006) realizado por Enrique Favela y Sergio Raúl López; en seguida La caja de cartón (1973) cinta de 16 mm de Sergio Moreno y de Carlos Jurado, que muestra la creación de una cámara estenopeica y que ganó un tercer lugar en un premio de cine de divulgación científica convocado por el Conacyt; un documental producido por el CUEC, Evitando la extinción del unicornio: Carlos Jurado, fotógrafo de David Gerstein Villanueva (2005) y otro más realizado por la UAM, Nuevas soluciones viejas (1998), dirigido por Jorge Prior. La sesión concluiría con la proyección de los cortos de Enrique Favela y de los cortometrajes del curso de cine estenopeico efectuados en Veracruz en 2005 y en el CUEC en el 2007.
Luego de lo anterior, se realizó una mesa redonda en la que Silvia González de León y Rubén Pax presentaron sendos ensayos testimoniales sobre su experiencia como fotógrafos estenopeicos.
El segundo día, el sábado 17 de noviembre, luego de la proyección ocurrió una breve charla de Arturo Talavera y Enrique Favela en torno a sus experiencias en torno al cine estenopeico.
Las jornadas concluyeron con un diálogo abierto de Carlos Jurado junto con dos fotógrafos guanajuatenses, Antonio Galindo, quien veinte años atrás fuera su alumno en la etapa de mayor experimentación en el Instituto de Artes Plásticas de Jalapa, Veracruz, quien compartió las extraordinarias experiencias en dicho lugar, y Gustavo López, un fotógrafo y restaurador de aguda sensibilidad teórica.
Luego de esta experiencia, la Universidad Autónoma del Estado de México, a través de su Facultad de Artes Plásticas, se decidió a impartir el mismo taller de cine estenopeico que se ofreció en el CUEC, también con Favela y Talavera, mismo que inició a mediados de noviembre y concluyó a mediados de enero.
Así que al contrario de la fotografía, el cine estenopeico no representaba un salto atrás en el tiempo ni un retroceso al inicio de esta técnica, sino un salto hacia lo inexistente. Nunca hubo cine estenopeico, por lo tanto, mezclar el estenopo con un aparato para tomar fotogramas resultaba una experimentación novedosa, un invento moderno.
Y fue, por cierto, otra más de las aportaciones de esa caja de prodigios que fue el laboratorio de Carlos Jurado. Llevado por la curiosidad de experimentar las posibilidades de la cámara de cartón que le habían encargado de tarea a su hija, se convirtió, durante los años setenta, en una especie de eremita que desarrollaba en privado, en su departamento de la Ciudad de México, una trascendente experimentación visual con las cámaras estenopeicas.
Hasta que finalmente, en medio de esta fiebre creativa que le hizo construir variados prototipos de cámaras y de plataformas para capturar e imprimir la imagen –como la fécula de papa, la cianotipia o la goma bicromatada–, decidió construirse su propia cámara de cine, evidentemente, de cartón, de 30 por 30 centímetros, que hasta la fecha conserva.
El proceso era sencillo. Mediante un palillo iba recorriendo cada fotograma de la cinta de 16 mm mediante una ranura que coincidía con las muescas –sprockets– con que se recorre cada cuadro en el mecanismo de toda cámara cinematográfica. Así, recurriendo a la técnica cuadro por cuadro, Jurado consiguió filmar el primer cortometraje en técnica estenopeica de la historia. Nada menos.
El título con que bautizó a su trabajo lo dice todo: El cine antes del cine (¿1973?). En él mostraba tres escenas, el mercado callejero que se instala junto a los Edificios Condesa, donde reside, un pasaje de peatones y un streeptease nocturno.
La cinta se encuentra extraviada y no se tiene noticias de que exista alguna copia disponible. Pero el hecho fundacional fue ese: hace más de tres décadas, Jurado tuvo el genial presentimiento y desarrolló una técnica que hoy en día, con la profusión de cámaras digitales en alta definición para filmar, se convierte en una herramienta artesanal muy bella para quien desee realizar cine de manera alternativa o con medios visuales distintos.
Con este antecedente, tendrían que pasar casi veinte años para que una experiencia similar se desarrollara. El fotógrafo chihuahueño entonces radicado en Veracruz, Enrique Favela, experimentó su propio proceso en el 2001 al adaptar un estenopo y quitarle los lentes a una cámara mecánica de 16 mm y de marca Bolex para filmar Cucarachas, el segundo cortometraje realizado en cine estenopeico. El trabajo se presentó durante el segundo Encuentro Nacional de Cámara Estenopeica de Veracruz en el 2003. Favela repitió la experiencia en el 2003 al filmar el tríptico de cortometrajes A nivel del mar, por el que recibió una beca estatal de creadores.
Durante el tercer Encuentro, realizado en Veracruz, el cineasta Jorge Yáñez impartió un taller de cine estenopeico del que resultaron cinco cortometrajes más que prosiguen la experimentación de este proceso.
Esta experiencia acumulada permitió que una de las más importantes escuelas de cine del país, el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la UNAM, aceptara con interés que en sus instalaciones se ofreciera un Curso de Cine Estenopeico, mismo que fue impartido por Enrique Favela y Arturo Talavera entre el 22 y el 31 de octubre del 2007 en la escuela, como una opción más para integrar imágenes audiovisuales a las obras cinematográficas.
Las sesiones tuvieron el doble carácter teórico y práctico, por lo que además de conocer la historia y posibilidades técnicas relativas a esta forma de hacer imagen, los participantes formaron tres equipos, cada uno de los cuales realizó, como trabajo final, un cortometraje en este formato.
Al culminar el curso, los trabajos se estrenaron en el Museo Archivo de la Fotografía de la Ciudad de México como parte de las jornadas Luz Mecánica. Homenaje a Carlos Jurado, pionero del cine estenopeico en México realizadas el 16 y 17 de noviembre del 2007 en las instalaciones de la institución, en Guatemala 34 en el Centro Histórico, en el edificio conocido como Casa de las Ajaracas. Posteriormente, estos trabajos se han exhibido en Toluca, Guanajuato y Veracruz.
Además de la exhibición de los cortometrajes del curso del CUEC, las sesiones incluyeron otros trabajos fílmicos justamente para homenajear a Jurado, quien asistió con gusto a ambas sesiones. El viernes 16, a partir de las 17:00 horas, se exhibieron en el orden en que se mencionan, la cápsula ¿Pictografías? ¿Fotopicturas? Fronteras invisibles de dos antiguas artes (2006) realizado por Enrique Favela y Sergio Raúl López; en seguida La caja de cartón (1973) cinta de 16 mm de Sergio Moreno y de Carlos Jurado, que muestra la creación de una cámara estenopeica y que ganó un tercer lugar en un premio de cine de divulgación científica convocado por el Conacyt; un documental producido por el CUEC, Evitando la extinción del unicornio: Carlos Jurado, fotógrafo de David Gerstein Villanueva (2005) y otro más realizado por la UAM, Nuevas soluciones viejas (1998), dirigido por Jorge Prior. La sesión concluiría con la proyección de los cortos de Enrique Favela y de los cortometrajes del curso de cine estenopeico efectuados en Veracruz en 2005 y en el CUEC en el 2007.
Luego de lo anterior, se realizó una mesa redonda en la que Silvia González de León y Rubén Pax presentaron sendos ensayos testimoniales sobre su experiencia como fotógrafos estenopeicos.
El segundo día, el sábado 17 de noviembre, luego de la proyección ocurrió una breve charla de Arturo Talavera y Enrique Favela en torno a sus experiencias en torno al cine estenopeico.
Las jornadas concluyeron con un diálogo abierto de Carlos Jurado junto con dos fotógrafos guanajuatenses, Antonio Galindo, quien veinte años atrás fuera su alumno en la etapa de mayor experimentación en el Instituto de Artes Plásticas de Jalapa, Veracruz, quien compartió las extraordinarias experiencias en dicho lugar, y Gustavo López, un fotógrafo y restaurador de aguda sensibilidad teórica.
Luego de esta experiencia, la Universidad Autónoma del Estado de México, a través de su Facultad de Artes Plásticas, se decidió a impartir el mismo taller de cine estenopeico que se ofreció en el CUEC, también con Favela y Talavera, mismo que inició a mediados de noviembre y concluyó a mediados de enero.
El cine estenopeico, me parece, comienza, lentamente, a despertar y a descubrir sus enormes posibilidades que se alejan por completo de la imagen que acostumbramos a mirar comúnmente en el cine actual.
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